La lluvia dio ayer una tregua y permitió que se celebrasen en Viveiro los dos actos previstos de la Semana Santa, la procesión del Encuentro de Resurrección y el Vía Lucis, si bien fue una amenaza constante. También el sábado se celebró la procesión de la Esperanza de la Resurrección, que lució con toda su belleza y esplendor.
Que se cumpliese el programa en el tramo final de la Semana Santa de Viveiro apenas pudo atenuar el impacto del mal tiempo. Así lo reconocía la portavoz de la Xunta de Cofradías, María del Carmen López, Chipe: «Buen sabor de boca no nos queda, porque el Jueves Santo solo salió una procesión y el Viernes Santo ninguna, algo que no se recordaba en Viveiro. Nos dio muchísima tristeza, porque hay un gran trabajo detrás... Ver el esfuerzo de tanta gente, la participación de cientos de personas, vestidas, preparadas, con todo a punto, y en el último minuto tener que tomar la decisión de no sacar la procesión, es durísimo. Yo lloré, y creo que como yo muchos más».