La réplica del paso de la Última Cena abríó la primera de las procesiones de los niños viveirenses, que cumpliendo una tradición de más de un siglo, prolonga los actos de la Semana Santa de Viveiro una semana más. Más de cien niños, aprendices de cofrades, desfilaron por las calles del casco histórico, desafiando también a la lluvia, como ocurrió con los adultos hace siete días. Elaborados artesanalmente, los pasos son réplicas a escala de los que sacan las distintas cofradías de adultos. Mañana saldrá el Viernes Santo infantil.
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