Publicado 17/04/16
El nuevo estandarte de “Las siete palabras”
El año pasado se ejecutó un nuevo estandarte que ha pasado a formar parte de los cortejos procesionales de la Semana Santa de Viveiro. Este estandarte nace a partir de la ejecución de la nueva imagen de Nuestra Señora del Camino de la Luz, con la idea de ir completando, a medio plazo, los enseres que la Cofradía posee para su salida del Domingo de Resurrección.
Hay que destacar que la Hermandad siempre ha mostrado un especial celo en todo lo referente al diseño de las piezas encargadas. Conscientes de tal empeño, en todo momento se ha intentado respetar al máximo las características propias de una Semana Santa particular, de personalidad muy definida y que pese a tener inflencias externas, intenta no perder su esencia. En este sentido se ha mantenido la forma tradicional, imitando a la del estandarte que posee la Hermandad y que comparte con los de algunas otras Cofradías de la localidad.
En cuanto al diseño, y también con esa premisa, se utilizan motivos vegetales con roleos, tallos, hojas y flores. Su distribucion uniforme ocupa casi la totalidad del estandarte pero de manera sutil. En el centro se distingue el anagrama de la Virgen, el llamado “Ave María”, rodeado y compuesto de igual forma de pequeñas florecillas, tallos y hojas. Remata este símbolo una corona real, de gran relieve, que representa la realeza de la Virgen María. A ambos lados, en las esquinas superiores, aparecen de forma exenta sendas flores de lis, símbolo de nobleza. También son de señalar flores de la pasión, que aparecen de igual forma en el “otro” estandarte con acabados de color morado en su centro y la concha del peregrino que ya se pudo observar en el manto y saya de la imagen mariana y que empiezan a ser una nota característica de las piezas bordadas que posee.
Por último, hacer una referencia a las características técnicas de la obra. Sobre terciopelo de algodón de color azul luminoso (el mismo del manto) el bordado es a realce, con hilos de oro en distintas tonalidades y grosores (muestras, moteado, torzal, caracolín, hojilla, cordones mate o mate-brillo, canutillo inglés) utilizándose las ténicas propias de este noble arte (cartulinas, zetillo, ondas, medias ondas, puntita, ladrillo, etc) todo ello finalmente enriquecido con el uso de lentejuelas, canutillos, brillo, mate y rizado, huevecillos, perlas, matizados en colores suaves, comas, escamados, anillas y semilleros.
En definitiva una nueva pieza a la altura de la imagen a la que va dirigida, de las personas que luchan por difundir su advocación y de una Semana Santa, de declarado interés cultural, que es capaz de mantener sus tradiciones sin cerrar las puertas a posibles mejoras.
Cristóbal J. Casares Rodríguez
Granada, febrero de dos mil dieciséis
|