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Una de las más antiguas e ilustres
instituciones que participan en la Semana Santa Viveiresa es la
Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Rosario o de
los Nobles. A ella compete el organizar el secular acto del
"Desenclavo" o "Descendimiento", la solemne y tradicional
procesión del "Santo Entierro", ambos en la tarde del Viernes
Santo, y, en la mañana luminosa del Domingo de Resurrección, el
"Santo Encuentro Eucarístico". Las dos primeras, fundación de la
propia Cofradía; la del "Santo Encuentro Eucarístico",
compromiso adquirido por la extinta "Cofradía de La Cruz de la
Soledad" con sede en el desaparecido convento de Santo Domingo
y que tuvo como regalía tal celebración. .
El
Desenclavo o Descendimiento
Se celebra en la tarde del Viernes Santo tras los Oficios
litúrgicos de la parroquia de Santa María del Campo. El acto
está basado en los textos evangélicos.
Sobre un tablado instalado delante del ábside del templo
románico, cubierto con crespón negro que sirve de fondo, aparece
un Cristo crucificado de brazos articulados; delante de él y en
el suelo, una urna. A un lado y otro del Crucificado, la
Dolorosa y San Juan, imágenes que en otros tiempos desfilaron en
la procesión del Santo Entierro y que ahora se utilizan en este
acto. Apoyadas en los brazos de la cruz, dos escaleras a las que
suben sendos cofrades revestidos de ropa talar. Un grupo de
soldados romanos completan la escena.
Frente al tablado, apoyado en la fachada del
monasterio de la Concepción, un púlpito desde el cual el
predicador va narrando los misterios de la muerte del Salvador y
glosando el relato evangélico.
A su palabra, los cofrades, subidos a las escaleras, proceden a
retirar los atributos de la Pasión (clavos, corona de espinas,
INRI) para luego bajar con sumo respeto y devoción el cuerpo del
Cristo, que envuelven en blanco sudario y lo depositan en la
urna.
Merece resaltar la imagen del Cristo crucificado, cuyo cuerpo no
se corresponde con la cabeza, obra sensiblemente posterior y que
queda disimulada por la enorme peluca de cabello natural que lo
cubre. El San Juan y la Dolorosa son imágenes articuladas.
Este acto del "Desenclavo" o
"Descendimiento", desde el siglo XIV
hasta el año 1851
en que fue trasladada la Cofradía a la Parroquia de Santa María
del Campo, se celebró en el interior del templo conventual de
Santo Domingo, al pie de la escalinata que daba acceso a la
capilla mayor.
El orador ocupaba el púlpito que estaba en el crucero, adosado a
la columna del lado del evangelio.
Advertimos que la cruz, de la que pende en
cuerpo de Cristo, es de enorme longitud. Se trata de la misma
que se utilizó en dicho convento; para poder adaptarla a las
proporciones del ábside, hubo que cortarla en más de un metro.
El Santo
Entierro
La procesión del Santo Entierro, organizada
desde tiempo inmemorial por esta Cofradía, es quizás la más
solemne y majestuosa de la Semana Santa de Viveiro. Está basa
en relato evangélico
y constituyó, desde los comienzos de la Cofradía, el principal
motivo procesional.
Archivo Parroquial de Santa María del Campo de Viveiro (APSMV),
Constituciones de la Cofradía del Rosario, f. 16 v.
(Mt. 27, 33-66), (Mc 15, 22-47), (Lc 23, 33-56), (Jn.
19, 18-41).
APSMV, Constituciones de la Cofradía del Rosario, f. 246
v.
PARDO VILAR, Aureliano, "El Convento de Nuestra
Señora de Valdeflores (apuntes históricos)", Boletín
del Museo y de la Comisión de Monumentos de Lugo
Tiene su estación en la parroquia de
Santa María del Campo, en la actual capilla del Rosario,
antiguamente llamada de los Dolores.
Desfila en la tarde del Viernes Santo, tras la
celebración del "Desenclavo" o "Descendimiento".
Abre la comitiva la Banda TAU, con sus uniformes de
casaca roja y plumachos en la parte superior del
sombrero, desfilando marcialmente al son de sus
cornetas, gaitas, tambores y timbales.
Sigue la monumental cruz parroquial
de Santa María del Campo, obra en su origen del platero
lucense Pedro Rodríguez Blanco del año 1561 a la que se
le han realizado multitud de restauraciones y arreglos,
principalmente en los siglos XVIII y XIX.
Tras la cruz, la imagen de "María
Magdalena", obra del escultor valenciano José Tena
(1908) y donada por doña Esperanza Mosteiro Dopico. En
esta talla el artista refleja todo el abatimiento y
dolor contenido de la mujer que regresa del Calvario,
tras el misterio de la muerte del Señor. El motivo
iconográfico está sacado del cuadro "El regreso del
Calvario", obra de Azambre. Esta imagen fue regalo de
los señores Dopico Fernández a la Cofradía.
Los estandartes de la Cofradía de "O Nazareno dos de
fora" y de la Hermandad de "La Santa Cruz", participan
también es ese desfile procesional.
Tras los estandartes, la "Banda
Naval" con sus cornetas, tambores, timbales y gaitas
marca el ritmo del desfile y precede a la imagen de "San
Juan", barbilampiño, vistiendo abundante y vistoso manto
de terciopelo y con aureola radiada de plata bruñida.
Esta imagen fue adquirida por subscripción popular a
iniciativa del celoso sacerdote don Manuel de Eduardo.
Es su autor el citado don José Tena (1908) y la donante
de la aureola, la camarera doña Dolores Abadín de Melón.
Este San Juan sustituyó a otro más antiguo que se
conserva en las dependencias de la Cofradía.
Sigue a la imagen de San Juan, el estandarte de la
"Hermandad de Las Siete Palabras" .
Un grupo de cofrades, vistiendo
ricos uniformes de soldados romanos, acompañan y
custodian el paso del Cristo Yacente. La primera vez que
se incorporaron los soldados romanos a la procesión fue
en el año 1952 y sus uniformes costaron 2.401'30 pesetas;
hoy lucen excelentes uniformes de moderna confección.
Unos niños vestidos con hábito de terciopelo negro
portando los atributos de la Pasión de Cristo: INRI,
dados y clavos de plata, martillo de plata y ébano,
preceden al Cristo Yacente.
Dos cofrades vistiendo el hábito de terciopelo negro,
cubiertos con capirote y arrastrando larga cola, portan
sendos estandartes; uno con el INRI y otro con SPQR.
El monumental Cristo Yacente es obra
del tallista José Tena (1908). En el cuerpo del Cristo
se contemplan las huellas lacerantes de la Pasión. Se
trata de un cadáver de Cristo, todavía sin estar
afectado por la "rígido mortis", que reposa sobre
rico sudario que cubre un suelo de abruptas rocas. Velan
el cadáver cuatro ángeles que portan los atributos de la
Pasión. Dato curioso; el coste de esta imagen fue de
2.750 reales
Esta imagen sustituyó a otro Cristo Yacente que
desfilaba en urna de cristal a hombros de cuatro
sacerdotes revestidos con alba y estolones. Custodian la
imagen la Guardia Civil con los fusiles boca a bajo en
señal de duelo.
La banda de tambores y cornetas de la "Ilustres y
Venerable Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo
Rosario" sigue al paso del Cristo Yacente
A continuación, el estandarte de la "Hermandad del
Prendimiento" y seguidamente "la Cruz de la Soledad" o
"Cruz desnuda", haciendo volar una rica sabanilla de
encaje, colgada de los travesaños de la cruz.
El estandarte de la Cofradía del "Santísimo Cristo de la
Piedad" y el de la Hermandad de "La Virgen de la
Soledad" preceden al paso de la "Virgen de la Soledad"
La imagen de la Virgen de la Soledad, que viste rico
manto, bordado en plata por las Clarisas de Monforte en
el año 1989, sobre trono decorado con flores y
flanqueado por cuatro farolas con tulipas, es obra del
también artista compostelano don José Rivas. Es obvio
que esta imagen de la Virgen sustituyó a otra articulada
que se conserva en las dependencias de la Cofradía.
Sigue el "Palio de respeto" portado por seis
caballeros vestidos de traje obscuro, sin
cobijar bajo su tela al Santísimo, como señal de
duelo por la muerte del Salvador.
Los estandartes de la "Venerable
Orden Tercera de San Francisco" y de la "Ilustre
y Venerable Cofradía de Nuestra Señora del
Santísimo Rosario", como instituciones más
antiguas de la Semana Santa de Viveiro, desfilan
al final, delante de la imagen de la "Virgen de
la Soledad".
El estandarte que representó
a la Cofradía del Rosario durante muchos años
tenía una lámina pintada por el pintor viveirés
Manuel Vidal, quien, por ser pobre y no poder
abonar la colación y cuota de entrada en la
institución, pintó en 1758 al óleo el medallón
que ostentaba.
En la actualidad luce
elegante y valioso estandarte blanco bordado en
oro que data de 1980.
Figura al final de la procesión una
representación del clero presidido por el
párroco con capa pluvial. Esta procesión, hasta
ahora, fue siempre acompañada en la presidencia
por la autoridad de mayor rango, tanto civil
como militar, que se encuentra en la localidad y
vestida de uniforme oficial o de luto.
La banda municipal de Viveiro, tras la
presidencia religiosa, civil y militar,
solemniza este desfile interpretando marchas
fúnebres y marcando con la caja el ritmo del
paso
El Encuentro Eucarístico
Esta celebración Pascual no está basada en
relato evangélico alguno; tan sólo la tradición
de la iglesia lo contempla. Se trata de la
primera aparición de Jesús Resucitado a su
madre, la Virgen María. Fue regalía que tuvo la
"Cofradía de la Cruz de La Soledad", institución
que desapareció en el siglo XVII y cuyo
compromiso asumió la "Ilustres y Venerable
Cofradía de Nuestra Señora del Santísimo
Rosario".
Hasta el año 1851 se
realizaba en el claustro dominico y revestía
gran solemnidad. Los actos consistían en Misa
Solemne, cantada y con sermón. Al momento de
entonar el "Gloria" comenzaba un estruendoso
repique de campanas hasta el final de la misa.
Recordamos que las campanas están mudas desde el
"gloria" de la Misa del Jueves Santo,
hasta el del día de Pascua. Finalizada la Santa
Misa Pascual, se organizaba una procesión con el
Santísimo Sacramento manifiesto en la custodia,
bajo palio y por el claustro. Tan pronto el
Santísimo comenzaba a avanzar por el claustro,
salía la Virgen enlutada en dirección opuesta.
Al encontrarse, y tras las reverencias
oportunas, la Virgen tornaba sus vestimentas de
luto en otras de alegría pascual. En ese preciso
momento comenzaba otro repique de campanas que
se prolongaba hasta la recogida de la procesión.
Era obligatorio para los cofrades el asistir
vestidos con vistosas libreas y montados a
caballo hasta el templo para participar en la
misa y procesión con velas y cirios encendidos.
El señor Corregidor y los demás autoridades
oficiales de la villa, que por tradición eran
cofrades natos, acudían ataviados de sus
respectivos uniformes.
En la actualidad se celebra la procesión del
Santo Encuentro de Jesús Resucitado y a
continuación la Misa Solemne del día de Pascua.
En la procesión, que este año realizará un
recorrido por la parroquia, La Virgen que sale
enlutada del templo, se encuentra de frente con
el Santísimo portado bajo palio. En este
encuentro la Virgen torna sus lutos en festivo y
alegre vestido pascual y precede al Santísimo en
el desfile hasta el templo.
Algunos datos históricos sobre la Ilustre y
Venerable Cofradía de Nuestra Señora del
Santísimo Rosario de Viveiro.
Los primeros datos que
localizamos sobre la primitiva Cofradía del
Santísimo Rosario de Viveiro nos indican que
estaba fundada en la parroquia de Santa María
del Campo y sus cuentas se compartían con las de
la fábrica parroquial.
Esta Cofradía celebraba sus funciones en la
iglesia parroquial e invertía sus fondos en
cultos, procesiones y limosnas. Tenía su fiesta
por Corpus Christi y celebraba con solemnidad
las fiestas de la Virgen María (Purificación, 2
febrero, Anunciación, 25 marzo, Visitación, 2
julio, Asunción, 15 de agosto y Natividad de
Nuestra Señora, 8 septiembre). El miércoles de
cada semana celebraba misa rezada y el sábado,
cantada.
(ADM), Santa María del Campo de Vivero,
2º Libro de La Cofradía del Rosario
(1665-1722), sin foliar.
Así fue como en el convento de Santo Domingo de
Vivero se funda la Ilustre y Venerable Cofradía
de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, cuyas
constituciones originales, por desgracia, no
llegaron hasta nosotros.
Esta Cofradía tuvo, pues, desde dicha época, su
sede en el demolido convento de Santo Domingo.
Su retablo, presidido por la hermosa imagen de
Nuestra Señora del Rosario, que todavía se
venera en la parroquial de Santa María del
Campo, regalo del caballero inglés don Juan
Dutón, ocupó el lado de la epístola de la
capilla mayor del convento dominico. En dicho
altar la Cofradía celebraba misa rezada todos
los miércoles y cantada todos los sábados,
además de las festividades de la Santísima
Virgen.
El presidente de la Cofradía era el Corregidor
de la Villa y su capellán, el Prior del Convento
de Santo Domingo, estaba gobernada por un
mullidor (cofrade que preveía, organizaba y
disponía todos los actos y celebraciones) y dos
mayordomos; uno de caudales, otro de la cera.
Reunía Cabildo en la Sala Capitular del convento
de Santo Domingo y celebraba sus procesiones por
el claustro el primero, segundo y tercer domingo
de mes. Para ingresar en la Cofradía se exigía
presentación previa y dar fianzas de poder
abonar la cuota o caridad de entrada,
obligándose a cumplir con los deberes religiosos
y a servir a la Cofradía como Mayordomo el año
que le correspondiera. Todo cofrade entrante
tenía que pagar una colación a todos los demás.
Allí se mantuvo dicha Cofradía, coexistiendo con
la de Santa María en la misma localidad. Hasta
que en el año 1851, por la demolición del
convento dominico, se incorporó la Cofradía a la
Parroquia de Santa María. El retablo de la
Cofradía, pasó a ocupar el ábside románico,
hasta que en 1901 fue sustituido por el actual,
construido en Mondoñedo en los talleres de D.
Pascual Rubiños.
Carlos Adrán Goás
Fuentes
Manuscritas
Archivo
Diocesano de Mondoñedo (ADM)
Archivo
Parroquial de Santa María del Campo de Viveiro (APSMV)
Bibliográficas
ADRÁN GOÁS, Carlos, KAWAMURA KAWAMURA, Yayoi, F.
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X y Z, (seudónimo del sacerdote vivariense don
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el tomo II de "Estampas de Vivero" e Miscelánea
de Publicaciones del profesor Dr. E. Chao
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